miércoles, 13 de abril de 2011

Aviso para el señor Walter Elias Disney

"En cuanto me muera y me vaya al infierno pienso pedir un permiso para visitarte allá donde estés. Me da igual que sea en el cielo o en el infierno -si es en este último, ¡mejor!- porque tengo muchas cuentas que ajustar contigo. ¿A qué vino eso de matar a la madre de Bambi? Estoy deacuerdo que no se ve, pero incluso un niño como yo lo entendió en su momento. Eso fue una crueldad. Tanto que a mí me ha marcado durante toda la vida. Empecé matando insectos con tan sólo tres años. Luego, con la complicidad de otro niño del barrió, a los ocho años, matábamos gatos ahorcándolos con lazos. A los catorce, junto con otros dos, nos dedicábamos a dar palizas por encargo a los desviados del parque haciéndonos pasar por chaperos. Cuando cumplí dieciocho me dediqué profesionamente, hasta la fecha, a liquidar a cualquiera por dinero (tengo tarifas anticrisis) y me he especializado en morosos. Mi psicólogo me dice que la raiz de todo mi odio son tus dibujos; no sólo la muerte de la madre de Bambi, sino también el encarcelamiento de la madre de Dumbo, la muerte de Blancanieves, el maltrato de Cenicienta a manos de sus hermananstras. Pero, ¿que te hizo a ti tu madre para que maltratases  luego tanto a las mujeres en tus películas? Ningún jurado popular, ni ningún juez te juzgó porque fuiste poderoso y multimillonario -ya ves de qué te han servido tantos millones, estás muerto y enterrado, como todos- pero yo creo que te has quedado en el infierno y, tras el juicio final, ahí te vas a quedar hasta que congele, conmigo al lado recordándotelo todos los días, a todas horas. Voy a ser tu suplicio para la eternidad; créeme, soy bueno en mi trabajo y he decidido convertirme en el vengador de todas esas pobres personas a las que les robaste un trozo de su infancia, que les rompiste el corazón a tan tierna edad. Pongo a dios y al diablo por testigos de que no voy a descansar, y si alcanzaras, por algún casual, cosa que dudo, el perdón divino, te juro que removeré Roma con Santiago, o el infierno con el cielo, para que se reabra constantemente un juicio hasta que se te declare culpable y desciendas al infierno, conmigo".

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