miércoles, 23 de mayo de 2012

Espacio-Tiempo

El descubrimiento de que la Tierra era redonda –esférica es más correcto- no se constató de forma empírica hasta el viaje de Magallanes. Digo de forma empírica porque se sabía de manera teórica desde el siglo VI a.C. –Grecia clásica-. Desde que se formuló la teoría hasta que se pudo comprobar transcurrieron 22 siglos. Durante todo ese tiempo la náutica no evolucionó mucho, luego si no se circunnavegó –cómo me gusta esta palabra: circunnavegar- el planeta, no fue por medios sino por motivación. Y en 1521, a Magallanes le motiva lo mismo que al rey de España: el comercio. El comercio, y la seguridad de que la Tierra ya no es un plano finito en cuyos bordes aguardaban las bestias más fabulosas que pudiera imaginarse cualquier mortal.
No es el mismo caso exacto, pero ahora los astrónomos y cosmógrafos están en esa discusión: el universo es plano –euclídeo infinito- o, por el contrario, esférico –plano curvo finito-. Incluso existe una tercera hipótesis que propone que es un paraboloide hiperbólico –plano curvo infinito-. La importancia de este descubrimiento se reduce a lo mismo: saber si se puede enviar una nave que pueda volver para contarlo, es decir, existir motivación comercial. El problema es que las dimensiones –el espacio- del Universo son infinito-temporales para el Hombre, por lo que parece imposible que alguna vez pueda circundarlo no por la tecnología, sino por su limitación temporal, porque no puede ser eterno.
Pretender la inmortalidad de la especie humana se antoja harto difícil, no así la longevidad –ya existen estudios serios sobre el límite probable del techo de la esperanza de vida: 150 años- por ello creo que la revolución tecnológica de los viajes siderales pasa sin remisión por la conquista del tiempo –pura ciencia-ficción, lo sé-, pero Orwell y Clark ya pensaron en ello. No creo que sea descabellado, también pensó Verne en llevar un hombre a la Luna y parece ser que ya ha llegado.
El problema reside en encontrar el modo de plegar, aproximar, reducir[1] el duplo espacio-tiempo del cosmos, del que cada vez se está más de acuerdo que es indivisible o, quizás, lo mismo. De momento seguiremos pensando que el tiempo más corto en recorrer dos puntos es una curva. Sí, una curva, porque de aquí a Nueva Zelanda sigue siendo más rápido viajar por la superficie de la Tierra –línea curva- que por el centro de la misma –línea recta-.


[1] No parece, de momento, que sea posible realizar viajes temporales negativos, es decir, al pasado.

domingo, 6 de mayo de 2012

Moebius


Primera viñeta de la obra "El Incal" (1981), guión de Ale-
jandro Jodorowsky, en la que John Difool cae al abismo de
Suicide Avenue. Inspiradora de la película de Luc Besson,
"El quinto elemento" (1997).

Ha muerto Juan Giraud, alias Moebius. El ilustrador de la saga del Incal falleció el pasado 10 de marzo, y con él todo un universo estético de la ciencia-ficción. Nos ha dejado huérfanos a todos los que le seguíamos desde principios de los 80... son treinta años, casi la edad de un matrimonio. Por eso, le echaremos de menos. No voy a hacer ninguna reseña biográfica ni bibliográfica por innecesarias, para ello ya existen lugares específicos, tanto físicos como virtuales.
Para algunos será el creador del Teniente Blueberry, pero para mí siempre será el padre de John Difool y, en cierto modo, uno de mis padres, de mis referentes literarios. Sé que sólo era dibujante de cómics pero son ellos, los dibujantes, quienes realizan un importante trabajo de descripción de ambientes y lugares.
¿Nadie recuerda la frase "una imagen vale más que mil palabras"? Seguro que la respuesta de muchos sería que si las palabras son bellas, superan a la imagen. Yo les digo que si la imagen es bella, las palabras siempre se quedan cortas. Y es muy difícil inventar palabras, si no que se lo digan al ilustre Matías Martí, pero las imágenes... ¡ay las imágenes! Todos los años se premian trabajos gráficos de profesionales de la fotografía de todo el mundo... me estoy desviando del camino, pero quiero apuntar que el dibujo fue el precursor de la escritura y será lo último que escriba el último humano de este mundo.
Este tipo, Moebius, con quien me pasaba noches enteras, en vez de estar estudiando trigonometría o latín, admirando sus paisajes miesianos[1], sus colores imposibles o sus bestiarios[2] tan personales y maravillosos fue el primero que me abrió una puerta del cerebro y me introdujo dentro de mí mismo para que observase desde fuera lo que tenía en mi interior. Contado así parece la crónica de un desvirgamiento, y quizás lo fuera. Lo cierto es que desde que tuve en mis manos un “Metal Hurlant” y leí una de sus historias, mi percepción del mundo cambió de manera radical –todo esto lo escribo en 1ª persona para significar más aún si puedo mi homenaje hacia él-.
La gran pérdida, aparte del valor humano, es que no se vislumbra que nadie haya recogido el testigo de su obra, no me refiero a que no haya creado escuela, sino que parece no haber un claro sucesor o tendencia sucesora. Desde los Estados Unidos sigue amenazando la invasión Marvel, cada vez mayor y, de una forma casi paradójica y surrealista, alimentada por el ingenio europeo. Con los avances tecnológicos Superman, Batman, Spiderman y la Patrulla X, entre otros, son dibujados en España, Holanda, Francia o Italia, por excelentes dibujantes oriundos de estos países, y mandados los trabajos por las ondas Hertzianas a las editoriales norteamericanas; así ahorran portes y el precio resulta más competitivo.
De todas formas, el cómic europeo sigue manteniéndose a flote entre esos dos grandes buques de guerra[3] que son los EE.UU. y el Imperio del Sol Naciente... ¡sí, Japón!, pero esa es otra historia...



[1] Siempre he preferido utilizar este adjetivo al de minimalista. Es un hábito adquirido en la ETSAV a la hora de defender mis proyectos ante profesores que entendían mal el concepto de sencillez de Mies van der Rohe llevado a la actualidad. Quiero decir que el minimalismo, en arquitectura, no es más que una recuperación de las tesis del arquitecto alemán. A veces se consigue y otras no. Pero lo que está claro es que existe una gran diferencia entre la sencillez “miesiana” y la de Le Corbusier o la de Louis Kahn.
[2]  Es innegable el conocimiento de los bestiarios medievales y su profundo estudio por parte de este autor y su posterior influencia en su obra.
[3] Lo de buque de guerra no es una metáfora, porque para estos países cualquier fuente de ingresos se nacionaliza y protege frente a ingerencias externas y, como decían los estrategas romanos, la mejor defensa es un buen ataque, que siempre ha sido su política.