jueves, 27 de diciembre de 2012

Ruidos

Desde el punto de vista de la acústica, los ruidos pueden clasificarse por colores: Rosa, blanco, marrón, rojo, azul, violeta, gris  —como los tipos de Reservoir Dogs— en los que el nivel sonoro está caracterizado por una densidad espectral de diferentes proporciones a la frecuencia según la tipología o color —ruido rosa cuando es inversamente proporcional—, o está compuesto en su mayoría por frecuencias graves y medias —ruido rojo, marrón o browniano—. Pero esto pertenece al campo de la teoría pura y dura, luego aburrido para los legos en la materia. Para entendernos, todos estos ruidos se parecen muchísimo al que emite la televisión cuando se acaba la programación; y creo que todos recordamos la escena inicial de la película de Hope/Spielberg, Poltergeist; cuando Carol Anne dice: “Ya están aquiiiiiiiiiií...”, el ruido que se escucha de fondo es un ruido blanco, pero a todo volumen.

Poltergeist (1982) Tobe Hope / Steven Spielberg
         Por cierto: ¿Por qué se traduciría en España el nombre de Carol Anne por el de Caroline? Se pasan toda la película llamándola “Carolain”—. En fin, fenómenos paranormales (?) Prosigamos...
      Mas paranormal si cabe, resulta el ruido —en cualquiera de sus colores— en el espacio exterior o sideral —que diría Bernardo Bonezzi— puesto que, para propagarse, necesita de un medio físico —sólido, líquido o gaseoso— y, ¡sorpresa!, en el espacio intergaláctico por el que las naves "Enterprise" o "Millennium Falcon" generan aquellos sonidos tan característicos NO SE OYE NADA, porque no existe medio por el que se pueda propagar, teoría del bosón de Higgs aparte... Pero esa es otra historia, mucho más compleja y que espero no explicar nunca.