martes, 24 de julio de 2012

Charlize Theron (No existen las casualidades II)

Marvin Gaye - A Funky State Reincarnation (1978) [Enlace]

Imágenes capturadas de la televisión
Recuerdo que ya hace quince años del éxito que supuso la campaña publicitaria de vermouth con nombre italianizado de “veranillo santo de mes de septiembre”. Todo el mundo recuerda a la joven que valoraba más perderse con el chico descarado que se mesaba los labios con el pulgar que permanecer junto al capo de cabellos y albornoz blancos, aunque aquello le costara la parte trasera del vestido y que todos admiráramos durante unos segundos la desnudez, redondez, y rotundez de su trasero contoneándose al compás del deshilado; antes de que saliera con graciosa elegancia la censura en forma de la marca anunciada. El anuncio no tiene desperdicio: es un excelente ejemplo publicitario, además de cinematográfico e incluso, quizás, cómo no, semiótico. Decía —antes de que perdiera yo también el hilo— que todo el mundo recuerda la escena pero muy pocos o nadie que detrás de aquella modelo se escondía un diamante en bruto, toda una señora actriz.
La segunda parte de esta historia es que al diamante en bruto, quince años después, cuando ya se ha convertido en toda una señora actriz, le ofrecen continuar con el juego erótico anterior. Al final del anuncio del perfume, francés —cómo no—, la protagonista se aleja moviéndose con el mismo porte y cadencia; ha dejado ya todo su vestido por el camino, como “agradeciendo” con ese desnudo integral —cual guiño íntimo y cómplice— a sus seguidores todos los años de confianza depositados en ella desde el primer anuncio. Ni que decir tiene que tras todos esos años de respiración contenida, de deseo inconcluso del primer anuncio; con el segundo se culmina el orgasmo visual y mental que supuso la interrupción de ciento ochenta meses antes. Ahora el recurso censor es un magistral contraluz, pero viendo cómo se aleja —y os aseguro que no me ha costado encontrar el fotograma exacto— en ambos trabajos, es imposible pensar que todo sea casual. De nuevo no existen las casualidades porque el mundo está lleno de gente que piensa... hasta el mínimo detalle. Las cosas no son lo que parecen, sino lo que son.

5 comentarios:

  1. Creo que tienes mucha razón. El mundo de la publicidad es milimetrado. A mi me gusta mucho ver anuncios y algunos me sorprenden tanto que creo que son un muchas las personas que reflexionan en torno a una idea y la bordan. Me gusta.

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    1. Algunos son como películas hiperbreves. Consiguen condensar tantos mensajes con la palabra, la imagen y la música que acaban resultando pequeñas obras de arte.

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  2. Ambos me habéis dejado sin nada que comentar. De acuerdo con lo dicho. Eufrasio, ya les gustaría a muchos profesionales que tus palabras fueran suyas.

    Un abrazo.

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    1. La honestidad es la base de todo buen resultado, sea en el trabajo día a día, o con una creación. Pretender ser lo que no se es, tarde o temprano, pasa factura. Es cuestión de tiempo. Lo bueno siempre acaba perdurando, lo mediocre, no.
      Otro abrazo para ti, y gracias por tu cementario.

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    2. COmentario, por dios, quise decir comentario.

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